Monday 21 November 2011

10 days with Renate

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Saturday 19 November 2011

¿Dónde está mi corazón?

Son las 8 de la mañana. Hace ya un buen rato que ha amanecido y hace exactamente 6 horas y 37 minutos que Fanny ha dejado de llorar. No le quedan ya lágrimas que derramar y ha decidido callar y esperar. Esperar a que el teléfono que se encuentra en la pequeña mesita a los pies de la cama suene y recibir de una vez por todas una respuesta clara, una salida del túnel, un motivo por el que dejar de luchar.
Sin embargo, tras 6 horas y 37 minutos de espera, ella sigue empotrada en la cama, sintiendo como los primeros rayos de sol que entran por la ventana están más cerca de las tinieblas que de la luz. quizás sea por las telarañas de rimel que se le han formado en los ojos. probablemente sea debido a su estado sonámbulo sumado a la inminiente depresión, ya que en el fondo, sabe, y por algo es una mujer, que hace ya tiempo que todo terminó. pero necesita de esa llamada como se necesita respirar.
El único movimiento perceptible en la habitación es el de sus ojos que siguen y persiguen, pese a la densidad del maquillaje revuelto, un anillo plateado que lleva en el dedo corazón, hasta que a las 8horas y 51 minutos el suena el teléfono.
Intenta moverse, pero su cuerpo le pesa ahora más que nunca. El teléfono suena repetidas veces y su sonido es para ella una música de pesadilla. Paulatinamente consigue despegarse de la pared y como una serpiente moribunda se asoma a la mesita. Descuelga, al mismo tiempo que repara con terror el aparato que se ha convertido ya en un personaje del que, como Fanny, tememos saber qué va a decir. Un personaje cobarde que no nos da la cara y que ha tardado 7 horas y 32 minutos en dar una voz que tampoco nos deja oír. Pero comprenderemos la naturaleza de la historia a través de los sucesos de violencia que se avendrán en la habitación. Unos sucesos para los que ni tan sólo el atisbo de locura en la mirada de Fanny al colgar, supone un elemento revelador.
La esperada llamada ha durado menos de 10 segundos y ella no ha articulado ni una sola palabra. Poseída por la ira, empieza a romper todo lo que tiene a su alrededor. Arranca fotografías, lanza un espejo al suelo, así como libros, ropa y cualquier objeto que se interponga en su camino. Repentinamente, se detiene y se toca el dedo notando el pequeño anillo plateado. Enloquecida, intenta quitárselo, moviéndose en un vaivén de extraños e histéricos movimientos que la llevan de nuevo a la cama. Su respiración entrecortada no le impide gritar y patalear llevando las piernas en todas direcciones en una especie de ataque obsesivo. El anillo que él le regaló le oprime el (dedo) corazón. El recuerdo del amor sigue todavía en ella en forma de anillo y no la deja respirar. Es urgencia y necesidad separarse de él, romper ese vínculo, morir para volver a nacer.
De golpe, algo que brilla en el suelo la hace detenerse y su mirada se cruza entonces con uno de los cristales rotos que hay en el suelo. pavorosa aunque decidida, sale de la cama, se abalanza hacia el cristal y se lo incrusta violentamente en la base del dedo. Sin margen ni cabida para la razón empieza a serrarse el dedo y ni la sangre ni el dolor la detienen, pues ella no siente más que el alivio de ver cerca el momento de desprenderse del anillo. Y en una especie de acto gozoso y placentero, Fanny va atravesándose la carne hasta arañar el hueso. Por lo que decide soltar el cristal manchado de sangre y, con el dedo medio colgando, acabárselo de arrancar ella misma. Un grito de dolor llega a la calle, así como el anillo que, junto al (dedo) corazón salen volando por la ventana.
No es que Fanny tenga el corazón destrozado, sino que ya no tiene corazón. Ensagrentada, con la mirada perdida y justo antes de entrar en estado inconsciente, exclama: ¡¿DÓNDE ESTÁ MI CORAZÓN?!

Wednesday 2 November 2011

tout va bien

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après un mois assez horrible, là je peux dire que tout va bien.
aujord'hui je me suis rendu compte que à paris, étant si pauvre, ils restent que les romantiques comme moi. mes amis sont aussi des rêveurs donc on peut construir ensemble le paris qui n'existe plus, mais qui existe en nous.
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