Sunday 28 September 2008

being boring · london


me by T., having a fresh strawberry drink, Camden

my girls & sabor tropical
mum & baby, laundry, hackney road

joan and his soul, auriol road. 

Aún anhelo los largos paseos, los largos "machiatos" en brick lane con mis colchones y a todos nuestros londoners. Ni por asomo imaginé lo que nos deparaba a cada uno de nosotros, como cambiaríamos y como este viaje nos uniría para el resto de los días. El segundo fin de semana fuimos a Circus, donde entre disfraces y bufones algo pasados de rosca, conocimos al que fue nuestro guía por el paseo de la fama londinense a lo largo de nuestra estancia en la capital. 

me and tafari, canada water

Sin darnos cuenta, fuimos inducidos por el mundo de las celebrities, de la moda, de la máscara, ¡y cómo nos encantaba! Recuerdo esos primeros días yendo de fiesta en fiesta, conociendo a gente que luego veías en el london paper y aunque, no nos engañemos, la transparencia no abundaba, tuve la suerte de ir a parar en buenas manos. 

Sketch, Maddox club, la inauguración de una tienda de ropa llamada PPQ... fueron algunos de los sitios donde él nos llevó, cojiéndonos de la mano, cual mentor introduce sus nuevos amigos españoles, sus beautigul gods como él mismo decía. Nos dejamos impregnar por una intensidad que nos acompañó hasta el final del viaje, todo era rápido y emocionante. Así, nuestras emociones y sentimientos también evolucionaron. Quizá por eso, después de un mes siga recordando esos casi 60 días en Londres y siga sintiéndolo todo profundamente vivo, como una herida que no se acaba de curar, aunque en este caso no tiene nada que ver con el dolor, sino todo lo contrario.  

Él es Tafari, al cual echo mucho de menos y en estos momentos se prepara para la Paris fashion week y llevará a Alba, de nuevo, a las fiestas de turno. ¡Quiero ir a París!

Y de fiesta en fiesta, me perdía con mi holga, la lúcida, retratando el cielo, the thames, la gente que conocí, o a gente por la calle, mis momentos y mis colchones.  

laundry, Hackney Road

wet boy, next to thames

boats, the thames

I get lost while i look for some love, east london

funny ben, at george's


Sin embargo, no todo eran fiestas. Londres, cuna del musical por excelencia del viejo continente, era la oportunidad ideal para hacer otra de mis grandes pasiones: bailar. Ya habia asistido a clases en la Pineapple el año pasado, como también había oído hablar de las fabulosas clases de jazz a cargo de Linda for Molly. Qué mujer! Qué energía! A los diez minutos ya estaba hecho una sopa y mis piernas parecían no poder aguantar el ritmo. Debo admitir que al principio iba un poco perdido, pero después del primer mes la misma Linda me felicitó por mejorar en la routine. My baby just cares for me de Simone era el tema que nunca faltaba en sus clases para la sesión de abdominales y flexiones, sus coreografías eran diversas, a veces más latinas, a veces más contemporáneas, pero conservando la fuerza de su baile y las mil pirouettes que nunca podían faltar. I miss you Linda!

smoking before dancing, Covent Garden


splendour of the thames


She was a beautiful boy

liana, at george's

laundry II

zeppelin, london sky

Thursday 18 September 2008

siempre con esa ridícula obsesión por el amor

Está claro: el amor ya no es lo que era. Creo firmemente en la pérdida de ciertos valores, entre ellos, el amor. Y es más, creo que las consecuencias de estas pérdidas están aún por venir. Autores como Bauman nos hablan del amor líquido, de la fragilidad de los vínculos humanos en una sociedad cada vez más consumista y yo me pregunto cual es la fórmula para detener esta ola de superficialidad que invade el mundo y hacer que se recupere el sentido. 

Es algo que a todos nos toca de cerca y yo, lo vivo día a día, aunque no siempre como reina del drama. Admito que en ocasiones también me he sabido beneficiar de la situación, lo que me hace sentir hipócrita. En todo caso, como decía, he podido comprobar la facilidad con la que algunos entran y salen de tu teatro, sin apenas pedirte permiso. Sin razón alguna, se inventan historias y se las creen, para no sentirse malas personas y en cuestión de horas los ves deambulando con otro delante de tus narices. Imagino que conoceréis la regla de que un 8 no esta con un 6, o un 6 con un 3. Cómo va estarlo, claro que no. El poder de la imagen, del producto o del servicio. Aquél que esté a tu lado es mucho más que algo adquirible, desechable y a cambio de mucho más que todo el dinero del mundo. Cómo retomar el sentido, cómo hacer que todos a los que se les ha tragado su propio autoestima y han tocado cielo bajen a la tierra, y los que se arrastran por el suelo, se levanten y recuperen la dignidad. 

Mientras el poder del amor puro se desvanece, se siguen contando historias de amor que ya hace tiempo han dejado de existir. Y he aquí mi gran preocupación; ¿cómo vamos a seguir escribiendo historias de amor, si la realidad ya no supera la ficción (al menos en este género)?¿Cómo hacer que la gente se crea algo en lo que ha dejado de creer? ¿Cómo llevar a la pantalla historias de amor y hacer que parezcan reales para aquellos que las contemplan si estos ya no saben amar?

Yo opto por volverme loco de amor, y actuar con los impulsos del corazón, y no con los de un individuo que sigue a la masa en una sociedad consumista. Así y solo así, las películas de amor seguirán siendo eso, películas de amor y no del género fantástico.