Wednesday 7 January 2009

like Dil in the movie


Sentí exactamente lo mismo la primera vez que vi The crying game, esa necesidad de amar por parte de Fergus así como la de Dil; tener alguien con quien compartir la desgracia de ser uno mismo. Londres es hoy el lugar en el que me encuentro y recordar las imágenes de tremenda tristeza que desprende esta película sobre esta ciudad quizá no haya sido buena idea. Mañana me perderé por mi zona favorita que he dejado para el último día: east, en la que transcurre la mayor parte del film. El este de Londres me hace sentir extraño de una forma que no puedo describir. Me atraen y me entristecen por igual sus calles grises, viejas, manchadas por el humo, marrones, vacías, en las que el tiempo parece no gobernar sobre nada ni nadie. Su atmósfera no puede estar mejor reflejada en las imágenes de esta película, cuando por ejemplo Dil canta en the Metro, recubierta de doradas lentejuelas que parecen querer brillar más y más, como buscando la luz en medio de la oscuridad. 

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