Monday 6 October 2008

el chico que me conoció en 4 días

-I'm sorry, but I'm not that sort of guy.

Mi cara, un cuadro. Un cuadro entre barroco e impresionista, es decir, indescriptible, cuando el chico blanco-transparente de labios rojos cual carmín pronunció estas maléficas palabras. Las mismas que pusieron punto y final a mi último desengaño amoroso, que fue, en realidad, menos amoroso de lo que mis recuerdos me traen a la memoria una vez al día des de hace más de un mes. Hasta diría que fueron citas secas, frías, a menudo incluso sin sentido pues por mal que me pese todo lo que no podía expresar en palabras (que no era poco) retumbaba contra su sensibilidad engañosa. El chico era más gélido que un iceberg, a veces, yo lo derretía un poco, y me mandaba bonitos e inesperados mensajes en clave o simplemente justo lo que yo quería oír, como esa inolvidable sentence "my sheets smell of spain".

¿Por qué es tan inolvidable e imborrable? ¿Por qué mi mente es atacada con las mismas imágenes exageradas más propias del celuloide que de la razón humana? Porque soy autodestructivo y me gusta serlo, y porque me pienso que mi vida es otro melodrama más. Imagino que debe haber cierta teoría por allá sobre la importancia que le damos a ciertas cosas cuando no la tienen y supongo que se debe a la falta de algo. No me propongo descubrir qué es lo que me falta por que para hacerlo habría que formular preguntas cuyas respuestas no quiero conocer. Prefiero buscar lo que me llena en el presente mientras sigo fantaseado sobre un pasado más bonito de lo que fue en realidad. Y así, entre sueño y sueño, escribo mi historia.  

Lo más extraordinario (y terrorífico) de los hechos es que mientras yo hablaba y hablaba sin parar para no dejarme a mí mismo asimilar lo que estaba pasando, él me interrumpió con una media sonrisa en sus finos y enrojecidos labios:

-You find happiness in sadness, don't you?

No comments: